Cuando llega la primavera y el buen tiempo es inevitable hablar de alergias. Esta estación se convierte en un suplicio para alrededor de la cuarta parte de la población. Estornudos, irritación, lagrimeo, tos, molestias nasales y congestión son algunas de las desagradables sensaciones que sienten las personas alérgicas. La alergia al polen es una de las más frecuentes, así como la producida por el polvo. Pero no todo el mundo es alérgico al mismo tipo de polen. Por ejemplo, en España hay más de 10 tipos de pólenes distintos que pueden provocar alergias.
En el anterior post hablábamos de las principales plagas que llegan con la primavera. En esta ocasión nos vamos a centrar en otra de las consecuencias de la primavera: las alergias. A continuación te indicamos cuáles son sus síntomas, por qué existen las alergias y algunos consejos para mitigar sus efectos.
Síntomas – Cómo reconocer la alergia
¿Pero cómo saber si estamos ante un brote alérgico o se trata de un proceso catarral? En ambos casos los síntomas pueden confundir, pues son muy similares, aunque con algunas diferencias.
Los síntomas más acusados de la alergia aparecen con la llegada de la primavera, especialmente durante los días de mayor polinización.
A continuación, te indicamos los principales síntomas que sufren las personas alérgicas:
- Picor en los ojos y/o en la nariz.
- Moqueo acompañado de congestión nasal.
- Rinitis.
- Conjuntivitis
- Tos, sobre todo después de haber realizado ejercicio físico.
- Sensación de ahogo o dificultad respiratoria.
- Enrojecimiento de la piel.
- Lagrimeo y ojos rojos.
- Molestias a la luz.
Sin embargo, cuando se trata de un catarro suele ir acompañado de fiebre y es muy raro que se presente conjuntivitis. Por tanto, estas son las principales diferencias para distinguir la alergia del catarro.
Causas de las alergias
La alergia es una reacción de nuestro organismo ante una sustancia que percibe como nociva. De esta manera, nuestro sistema inmunológico se pone a trabajar en exceso, produciendo anticuerpos con los que atacar y eliminar este elemento extraño que considera peligroso.
Por tanto, esta reacción excesiva de nuestro cuerpo contra sustancias inofensivas como son el polen o el polvo es la que causa estos síntomas tan molestos. Se trata de nuestro cuerpo entrando en una lucha abierta contra el polen y el polvo presente en el ambiente.
Cómo evitar las alergias – Algunos consejos para minimizar los síntomas
Como mencionamos anteriormente, no todo el mundo es alérgico al mismo tipo de polen, ya que existen cerca de 10 variantes diferentes en España.
Por este motivo, nuestro primer consejo es que cada alérgico conozca bien a qué pólenes es alérgico. De esta manera podrá informarse de las fechas de polinización más acusadas y tomar algunas medidas preventivas. Normalmente, los días de sol y viento fuerte son en los que aumenta la concentración de polen en la atmósfera.
A continuación, os indicamos una serie de consejos genéricos para mitigar los efectos de la alergia:
Ventanas cerradas
- Mantén las ventanas cerradas, sobre todo mientras duermes.
- También es recomendable mantenerlas cerradas cuando viajes en coche. Y si es posible utiliza un filtro “antipolen”.
- No ventilar la casa ni a primera hora de la mañana ni al atardecer, pues en estas horas suben los niveles de pólenes.
Actividades al aire libre
- Se recomienda evitar salir a la calle en los días de más polinización. Sin embargo, como sabemos que esto es prácticamente imposible, por lo menos evite salir en las horas de mayor concentración del polen: al amanecer y al atardecer.
- Cuando más se concentra el polen es en los días tormentosos y en los días en los que hay mucho viento, ya que éste remueve el polen.
- Igualmente si se realiza ejercicio físico, lo más adecuado será realizarlo en lugares cerrados o lejos de parques y jardines.
- Así mismo, evite actividades como cortar el césped o barrer la terraza, pues suelen mover el polen.
- Si se resiste a permanecer en casa y sale, es importante utilizar gafas de sol para proteger los ojos del contacto más directo.
- Existe una página web muy útil que nos indica cuál es la concentración diaria en cada lugar: polenes.com.
Viajes
- El clima que mejor va a los alérgicos es el cercano a las zonas costeras, pues la concentración de polen es menor en estos lugares.
- Se recomienda evitar las excursiones al campo o a la montaña, ya que la concentración de polen puede ser hasta diez veces más alta que en la ciudad.
En casa
- Es muy recomendable pulverizar con agua la casa, sobre todo debe efectuarse en el dormitorio antes de acostarse.
- Ya sabemos que tender la ropa al aire libre es muy tentador, pero en este caso es mejor que la seque en el interior. Los granos de polen pueden impregnarse en las prendas.
- Es conveniente que se duche y se cambie de ropa al llegar a casa, pues el polen se puede acumular en la ropa, piel y pelo.
Alimentos
- Debe evitarse la ingesta de miel y sus derivados debido a que contiene polen.
- Por otra parte, el “té rooibos” sirve de gran ayuda en el tratamiento de las alergias, ya que actúa como antihistamínico natural suave con la ventaja de que no produce somnolencia e induce a la relajación y bienestar.
- Lava bien las verduras antes de cocinarlas.
Por último, si ya está diagnosticado por un alergólogo debe tener siempre a mano los medicamentos facilitados para reducir los efectos de la alergia.