Si pensamos en hormigas, imaginamos un reguero de estos insectos perfectamente organizados sin que ningún miembro de este, se salga de los márgenes. La verdad es que las hormigas tienen una estructura social altamente organizada. Cada miembro tiene perfectamente claro la función que desempeñan en su conjunto.

De repente, se empezó a observar en la selva tailandesa, que había ciertas hormigas que se volvían literalmente locas, olvidaban su función en el grupo y comenzaban a deambular dando tumbos como borrachas.

Han sido el entomólogo David Hughes y su equipo los que llegaron para hacernos a todos entender qué era lo que realmente estaba pasando.

Un hongo parasitario está convirtiendo a las hormigas de Tailandia en «zombies,» y ahora los científicos tienen una idea más clara de cómo y cuándo lleva a cabo esta infección su horrible trabajo.

El parásito secuestra el sistema nervioso de las hormigas, lo que las lleva a comportarse de forma anormal (y bastante específica), de modo que ayuda al hongo a reproducirse.

En un estudio reciente, los investigadores utilizaron microscopios para observar el interior de las hormigas afectadas y ver cómo avanza la infección. Descubrieron que el hongo se reproduce y llena lentamente el cuerpo y la cabeza de la hormiga, lo que provoca que los músculos se consuman y que las fibras musculares se separen.

La infección tarda, desde que comienza, entre tres y nueve días en convertir a las hormigas completamente en zombies, según descubrieron los investigadores. Al principio, las hormigas infectadas llevan a cabo su rutina normal: viven en sus nidos, interactúan con otras hormigas e incluso se alimentan.

“Me recuerdan a las quimeras: parte hormiga y parte hongo”, dijo David Hughes, director del estudio y entomólogo de la Universidad Estatal de Pennsylvania.

«A medida que pasa el tiempo, la parte de hongo aumenta hasta que la conducta de la hormiga ya no es la suya propia”.

El reciente estudio también muestra que el hongo suele matar a la hormiga huésped a mediodía, aunque la razón exacta por la que esto es así sigue siendo un misterio.

 

En este artículo de National Geographic te lo cuentan con todos los detalles.