La Peste Negra y la Gripe Española, han sido dos de las plagas mortales más importantes de la historia de la humanidad, descubre el resto en este artículo.
Las plagas mortales han estado presentes a lo largo de la historia de la humanidad, causando millones de muertes. En este post, vamos hablar de las plagas mortales que mayor impacto tuvieron en la población mundial.
Durante todas las épocas, el ser humano ha tenido que combatir contra un enemigo al que ni podía ver, y, hasta hace poco, mucho menos entender. Los virus han sido, en muchas ocasiones, más mortales que guerras y hambrunas. La peste Negra, que asoló Europa en el siglo XIV, es la peor pandemia a la que se ha tenido que enfrentar la humanidad: se llevó por delante más de la mitad de la población del continente, según algunos cálculos.
PESTE NEGRA. De 75 a 200 millones de muertes.
Entre las plagas mortales, esta es sin duda la plaga más mortífera que ha asolado jamás a la humanidad. Según los cálculos, siempre estimaciones, las muertes entre 1346 y 1353 podrían haber llegado hasta los 200 millones de muertes en Europa, que quedó diezmada después de la enfermedad. La causa: la bacteria Yersinia Pestis, que también podría haber provocado otras formas de plaga.
Existen indicios de que se originó en los desiertos de Asia, y que, a través de la ruta de la seda, hizo su mortífera entrada en Europa a través de la península de Crimea. En total, causó unt total de muertes que podrían ir de un 30% a un 60% de la población del continente europeo. Además, más de un siglo después de la llegada de la enfermedad, el mundo seguía en proceso de recuperación. La epidemia tuvo diversos brotes entre los siglos XIV y XVII, y a lo largo de dos siglos continuó cobrandose vidas.
Se cree que la Peste Negra se originó por la plaga bubónica, pero hay expertos que creen que se debió a un virus similar al del ébola.
La peste evolucionó a partir de una bacteria que vivía en el suelo, pues la versión del patógeno de la Peste Negra cuenta con un segmento de ADN adicional que le permite infectar a humanos. se cree que a través de las pulgas de las ratas negras, que una vez infectadas, saltaron a los animales domésticos y a los humanos.
Síntomas de la Peste Negra.
Los síntomas de la peste bubónica aparecen repentinamente, por lo general de 2 a 5 días después de la exposición a la bacteria. Los síntomas incluyen:
- Fiebre y escalofríos
- Sensación de indisposición general
- Dolor de cabeza
- Dolor muscular
- Convulsiones
- Inflamación lisa y dolorosa de los ganglios linfáticos llamada bubón, que comúnmente se presenta en la ingle, pero también se puede presentar en las axilas o el cuello, con mayor frecuencia en el sitio de la infección (mordedura o arañazo); El dolor puede aparecer antes de que aparezca la inflamación.
2. GRIPE ESPAÑOLA. 75 millones de muertes.
La pandemia conocida por la gripe española resultó ser especialmente mortífera, se cobró a partir de 1918 más de 50 millones de vidas, se cree que hasta 100 millones, un 5% de la población mundial. Una de las características destacadas de esta epidemia fue que afectó especialmente a jóvenes sanos, y uno de los dos brotes del virus H1N1 de influenza. Cómo llegó, se fue: después de 18 meses asolando al mundo, desapareció completamente. Ataca al sistema inmunológico del paciente, en su enteridad, por lo que afecta menos a niños y mayores, que tienen sistemas inmunológicos menos fuertes.
La enfermedad se observó por primera vez en el campamento militar de Fort Riley en Kansas (Estados Unidos) el 11 de marzo de 1918. El hacinamiento de los cuarteles y la falta de higiene proporcionaron el caldo de cultivo para que el virus se expandiera con fuerza. Seis días después del primer caso ya había 522, dato que revela la tremenda virulencia del virus.
El origen del nombre.
Gripe española, no fue porque se originara en España sino porque, al no estar directamente nuestro país involucrado en el conflicto de la I Guerra Mundial, la prensa informaba sin censura, al contrario que en otros países donde se ocultaba la información por no desmoralizar a las tropas. De todas formas, la enfermedad también causó estragos en España donde fallecieron más de 150.000 personas, llegando a enfermar Eduardo Dato y hasta el propio rey, Alfonso XIII.
3. VIH/SIDA: 30 millones de muertes.
Desde su descubrimiento en 1981 y hasta el año 2012, el VIH se ha cobrado cerca de 30 millones de vidas, principalmente en el continente africano. La epidemia continúa actualmente, y, al año, hay 1,8 millones de muertes, según datos de 2012. La cifra de fallecidos ha descendido progresivamente desde 2005, pero el SIDA sigue siendo una de las epidemias más mortíferas del continente africano.
Aún así, la extensión de los medicamentos retrovirales han conseguido reducir drásticamente la mortalidad de la epidemia, que cuando fue descubierta era incurable. En un reciente estudio se llegó a la conclusión de que la enfermedad originó en la década de 1920 en Kingshasha, en el Congo, y no posterioremente, como se creía hasta el momento. La enfermedad afecta al sistema inmunológico, con lo que las personas con el virus tienen menor protección ante ataques al sistema y tienen más probabilidad de verse afectados por infecciones o tumores.
4.Plaga de Justiniano: 25 millones de muertes.
En el siglo I d.C. una extraña plaga azotó al el mediterráneo: la ciudad de Constantinopla y los puertos del mar Mediterráneo sucumbieron a la enfermedad, que llegó a cobrarse 5.000 vidas al día, según los historiadores, y se llevó por delante a la mitad de la población de la actual Istambul. Eran las miles de ratas las que llevaron la enfermedad a las ciudades, y su origen podrían estar en China. Algunos historiadores apuntan a que su efecto fue tan devastador que debilitó al Imperio Bizantino exponiendola a los ataques de los árabes.
5. Plaga Antonina: 5 millones de muertos
La plaga Antonina, también conocida como la plaga de Galeno, fue una infección que se cree fue sarampión o viruela, aunque se desconoce exactamente qué fue. Mató al emperador romano Lucius Verus, y el nombre de su coregente, Marco Aurelio Antonio, dió nombre al brote. En Roma, nueve años de su aparición, provocó hasta 9.000 muertes al día, masacrando hasta a un tercio de la población en algunas áreas.
Hizo desaparecer en gran parte al ejército romano, y algunos investigadores señalan que tuvo que ver en la caída del imperio romano. Según investigadores italianos, cambió de tal manera al Mundo Antiguo que Roma cayó ante los bárbaros. Afectó a los soldados que se alistaban al ejército, la economía urbana y rural y vació las arcas del estado, afectando también las tradiciones romanas y su religión, permitiendo la extensión del cristianismo, algo que ayudó a la caída del imperio ante los bárbaros.
Una revelación importanete. Puede que todas las epidemias tengan su origen en una misma bacteria. (El País)
¿La misma bacteria provocó todas las epidemias posteriores a la peste negra?
Una única cepa de la Yersinia pestis, la bacteria causante de la peste, está detrás de todas las epidemias de esta enfermedad que han castigado a los humanos desde la Edad Media. El ADN bacteriano recuperado de varios apestados confirma además que el patógeno que provocó la pandemia de peste negra en la Edad Media europea vino de Asia. También estaría detrás de la tercera gran epidemia que, tras regresar al continente asiático, se extendió desde China al resto del planeta.
Pero en la historia de la peste aún hay muchas incógnitas por despejar. ¿De dónde vino la enfermedad? ¿la misma bacteria provocó los sucesivos brotes que sufrió Europa durante 400 años? ¿Están conectadas las tres grandes plagas? Un grupo de investigadores europeos, con participación española, han recurrido a la genética para intentar responder a estas preguntas.
Los científicos rebuscaron entre los dientes de casi 200 restos de humanos enterrados en fosas comunes durante brotes de la epidemia en varias ciudades de Europa, entre ellas Barcelona. En una treintena de casos encontraron el rastro de la Y. pestis y en tres lograron el genoma completo de la bacteria.
Comparando este material genético con el de otros apestados de otros brotes, tanto anteriores (como la plaga de Justiniano), contemporáneos (Londres o Milán) y posteriores (Marsella), los autores del estudio, publicado en Cell Host & Microbe, pudieron crear un árbol de la peste y, subiendo por sus ramas, rastrear la evolución de la enfermedad hasta hoy.
Las raíces de ese árbol estarían en Asia central, desde donde llegó la variedad de la bacteria que provocó la gran mortandad del siglo XIV. Primero arribó al sureste europeo y, desde allí, al resto del continente usando como vía de entrada los grandes puertos del sur como Génova, Marsella o Barcelona. Aquí la genética confirma lo que la historia ya sabía. En meses, la llamada peste negra llegó tan lejos como Londres y en un lustro acabó con la vida de hasta el 60% de los europeos.
«No hemos encontrado ninguna diferencia entre las cepas de Barcelona y Londres, lo que sugiere que una única variedad fue la responsable de la peste negra», dice el profesor del Instituto Max Planck de Historia y Ciencias Humanas (Alemania) y coautor de esta investigación, Alexander Herbig.
El genoma bacteriano recuperado en la capital catalana procede de un apestado que enfermó, según las pruebas de radiocarbono, entre el año 1300 y el 1420. Aunque el lapso es muy grande, la historia y la genética permiten reducirlo. Por un lado, se sabe que los primeros casos de peste en Barcelona aparecieron en la primavera de 1348. En Londres, la enfermedad aparecería en el otoño de ese mismo año. Al ser las dos muestras idénticas, el apestado inglés y el británico debieron enfermar en la misma época y de la misma cepa de la bacteria de la peste. «Se difundió por toda Europa muy rápidamente y no tuvo tiempo de cambiar mucho», explica Herbig.
Otro de los genomas completos, recuperado de Ellwangen, al sur de Alemania, tampoco está datado con exactitud, pero el carbono-14 apunta a un brote de finales del siglo XVI o principios del siglo XVII. Tras la gran pandemia de la peste negra, la enfermedad se quedó en Europa, rebrotando en epidemias locales durante unos 400 años. Algunas de esos brotes tuvieron carácter casi de pandemia regional, como la gran peste de Viena, la de 1649, que acabó con casi la mitad de los sevillanos o la peste de Marsella de 1720, uno de los últimos grandes brotes en suelo europeo.
Pues la variedad de Ellwangen está íntimamente relacionada con la encontrada un siglo después en Marsella y, según el análisis de los investigadores, desciende de la encontrada en Barcelona y Londres. Esto significa que los brotes surgidos en Europa desde la pandemia del siglo XIV están conectados con la peste negra que la provocó: tras ellos está la misma cepa original de la bacteria. Esto confirma la tesis dominante entre los historiadores que defendían la idea de que la peste vino una vez y se quedó en reservorios naturales europeos. Otros investigadores, sin embargo, mantenían que los brotes posteriores eran fruto de sucesivas oleadas procedentes de Asia.
En realidad, el ADN antiguo parece indicar lo contrario: que la cepa que provocó la peste negra y asoló Europa durante siglos regresó a Asia. Lo muestra el genoma de un tercer apestado, este en la ciudad rusa de Bolgar. Su datación es la más afinada, ya que se han encontrado monedas junto al cadáver acuñadas en 1362. Lo particular de este caso es que es una cepa emparentada tanto con las de Londres y Barcelona (de dos décadas atrás) como con la que emergió en la provincia de Yunnan en China 400 años después.